

Metal Gear Solid es, sin ningún tipo de duda, un videojuegos clásico. Pocos videojuegos han sabido captar la esencia de la obra maestra de Hideo Kojima e imitadores y sucedáneos no le han faltado. Pero vayamos por partes y sumerjámonos en las virtudes de esta obra maestra de los videojuegos.
Corría el año 99 cuando los usuarios de la extinta PSX comenzaban a oír hablar de un juego espectacular basado en un antiguo título de las consolas de 8 bits. Un juego de espionaje táctico con unos gráficos sorprendentes para la época y con un argumento digno de las mejores superproducciones cinematográficas.Era Metal Gear Solid, un videojuego clásico diferente que crearía escuela y que se convertiría en una leyenda instantánea.
La espléndida secuencia que sirve de introducción nada más introducir el disco ya nos advierte de que se trata de un título diferente. Con un perfecto doblaje al castellano (que aún hoy se toma como referencia en el mundo de los videojuegos), se nos comentaba los parámetros de la misión en el complejo militar de Shadow Moses. Vídeos como ese poblaban los dos cds de Metal Gear Solid e incentivaban al jugador a seguir avanzando en la historia.
Pero Metal Gear Solid es mucho más que impresionantes secuencias de vídeo. Fue el pionero del género de la acción táctica en tres dimensiones, del que después salieron títulos como Splinter Cell o Syphon Filter; sus asombrosos gráficos llevaron al límite el hardware de la PSX, mostrando efectos y texturas hasta entonces impensables en los 32 bits de Sony y el tremendo carisma de sus jefes finales es realmente difícil de igualar.
Metal Gear Solid puso el listón muy alto en PSX y pasó a engrosar las listas de videojuegos clásicos de la gris de Sony.
Fue una de las primeras aventuras en tres dimensiones en las que realmente el jugador se sentía como un espía infiltrándose en una base secreta. Hideo Kojima hilvanó un argumento perfecto, que bien podría haber firmado un gran guionista de Hollywood. Dobles agentes, traiciones, una compleja trama argumental…
El sonido también fue un importante punto de referencia de este videojuego clásico: pisadas, todo tipo de efectos sonoros y un perfecto doblaje a cargo de grandes profesionales (recordemos esas míticas frases del gran Alfonso Vallés) conforman un apartado sonoro de auténtico lujo: Mención aparte para la extraordinaria banda sonora de Metal Gear Solid. Sus melodías, propias de la mejor cinta de acción, son tarareadas una y otra vez por los fans de Snake.
La jugabilidad es otro de los puntos fuertes de este gran clásico. Snake era capaz de hacer casi de todo: disparar, correr apoyarse en la pared, sorprender a los enemigos por detrás, y otras muchas acciones con un control sencillo e intuitivo. Así es Metal Gear Solid un auténtico videojuego clásico por el que no pasan los años y que debe ser recordado como un punto de inflexión por los aficionados a los juegos de acción. Me voy, Meryl me llama por el códec…