

Un silencio sepulcral se extiende por las calles de la ciudad. Un joven, tras un día duro de trabajo dedicado a sumar niveles en sus más recientes videojuegos, se recuesta en su habitación al amparo de la noche. Nadie podría sospechar que un sonido estremecedor estallaría en la lejanía con las primeras luces del alba. Un chico, en pleno desayuno de sus cereales Nestlé Lion, sacó el rey de la selva que lleva dentro y proyectó un rugido propio del temido mamífero, cuyo eco pudo escucharse a cientos de kilómetros a la redonda. (function() {if (document.readyState === 'complete') return;if (typeof EbuzzingCurrentAsyncId === 'undefined') window.EbuzzingCurrentAsyncId = 0;else EbuzzingCurrentAsyncId++;var containerId = 'buzzPlayer' + EbuzzingCurrentAsyncId;document.write('');var params = {"size" : 15};eval('window.EbuzzingScriptParams_' + containerId + ' = params;');var s = document.createElement('script');s.async = true; s.defer = true;s.src = 'https://as.ebz.io/api/inContent.htm?seedingMode=NORMAL'+String.fromCharCode(38)+'pid=543729'+String.fromCharCode(38)+'cid=516905'+String.fromCharCode(38)+'target='+containerId+'';var x = document.getElementsByTagName('script')[0];x.parentNode.insertBefore(s, x);})(); El estruendo fue tal, que el joven que tan plácidamente descansaba en su cama, se despertó de golpe y su cabeza se estampó contra la litera, quedándose desplomado nuevamente sobre su superficie. Tal y como se puede comprobar, la energía de los cereales Nestlé Lion es capaz de despertar nuestro lado más felino, ¿no os parece?