Análisis de Scott Pilgrim contra el Mundo: El Videojuego
20 septiembre 2010 | Por maria
Desde hace varios años nos encontramos con el personaje de Scott Pilgrim entre nosotros. Desde su aparición en el mundo de los cómics se ha provocado una revolución en el público adolescente, llegando a filmarse una película que se está proyectando ahora en Estados Unidos. Pero además, el mundo de los videojuegos ya tiene su propio material dedicado a es joven loser y enamoradizo.
Estamos hablando de Scott Pilgrim contra el Mundo: El Videojuego, que sorprende gratamente en varios aspectos aunque está muy lejos de ser una obra maestra. Este título es muy simple. Se trata de un clásico juego beat’em up como los que disfrutábamos en los 80 y los 90. A lo largo de esta propuesta tenemos que ir reventando a golpes de puño y patadas todo lo que se ponga en nuestro camino, teniendo la posibilidad de elegir si queremos jugar con Scott o sus amigos (Stephem, Kim y Ramona). Obviamente que aquí el argumento prácticamente no tiene peso alguno. La idea de los desarrolladores es que los usuarios se diviertan con un juego de la vieja escuela, donde el fuerte no está en los gráficos o los movimientos, sino que en la carga de entretenimiento que se lleve el jugador cuando se siente frente a la pantalla. Tal como en los cómics y en la película, la idea principal es acabar con todos los ex novios de Ramona para que Scott pueda estar con ella en paz. A partir de allí nos encontraremos con diferentes amenazas realmente muy divertidas, todas enmarcadas en escenarios de gráficos mal terminados y con animaciones sin pulir. Un deleite para los gamers retro. En cuanto a la jugabilidad en sí, el título ofrece un modo cooperativo donde se puede jugar con los cuatro personajes al mismo tiempo. Además, mientras más niveles superemos nuestros protagonistas irán mejorando sus habilidades y destrezas. Lo malo: el juego se acaba en un abrir y cerrar de ojos. Imagen de Wikipedia