

Ya no nos encontraremos en las profundidades de Rapture, pero la nueva ciudad voladora resulta un escenario tanto o más apasionante, el cual nos dejará fascinados en cuanto pisemos por primera vez Columbia. Desde ese momento nos daremos cuenta que estamos ante algo grande, un juego que nos permitirá vivir una experiencia inolvidable, gracias también a una historia apasionante y con momentos realmente impactantes.
A lo largo del análisis iremos destacando sus múltiples virtudes, pero no podemos empezar el artículo sin hacer referencia a la relación entre los dos personajes protagonistas de la aventura, Booker y Elisabeth. Ambos cuentan con el mismo nivel de protagonismo a lo largo del juego, a pesar de que necesitaremos varias horas al comienzo para encontrar a la enigmática chica, pero a partir de ese momento disfrutaremos de unos diálogos maravillosos entre ambos personajes, además de que sus caminos se cruzan por un motivo concreto, que lógicamente no vamos a desvelar.


Podríamos decir que estamos ante uno de los mejores shooters que hemos jugado nunca, pero a pesar de ello estaríamos siendo bastante simplistas en nuestra afirmación, ya que BioShock Infinite es mucho más que eso, ya que la historia y Elisabeth tendrán tanto o más peso, por lo que realmente con lo que nos vamos a encontrar es con una aventura de acción que se desarrolla en un escenario irrepetible.
Cada aspecto del juego está cuidado con tanto mimo que resulta prácticamente imposible poner un pero a una obra que ha necesitado un tiempo de desarrollo de cinco años para salir adelante. Un trabajo arduo que ha merecido la pena porque estamos ante un juego que demuestra cómo pocos el por qué los videojuegos son un arte. Un título que se eleva también a las alturas para ocupar un lugar de privilegio junto a las mejores obras de la historia.
Nada más llegar a Columbia nos daremos que no estamos ante un juego más, rápidamente nos quedaremos pasmados por el cuidado que se ha puesto en cada detalle por insignificante que pueda parecer. Todos los habitantes con los que nos encontraremos nos permitirán conocer un mundo cegado por el fanatismo religioso, que quiere dar la falsa imagen de ser un escenario idílico. Nuestro protagonista no sabrá muy bien dónde se encuentra, por lo que poco a poco, hablando con los distintos personajes, podrá conocer más detalles de una trama que nos atrapará desde el primer segundo. De hecho, la historia cuenta con un peso muy específico en el juego, siendo uno de los principales pilares sobre los que se asienta lo nuevo de ese genio llamado Ken Levine.


Resulta complicado encontrar un shooter -tal vez sólo se le podría equipar la saga Half Life- en el que se haya dado peso a otros aspectos como el argumento, los diálogos o la ambientación, aparte de la acción, que, por otra parte, destacar que resulta brillante en todo momento con escenas realmente intensas. Una superproducción que no se vale de su gran nombre para ganarse el favor de los jugadores, sino que arriesga para ofrecer un mundo completamente diferente al de Rapture, una nueva historia y nuevas mecánicas jugables.
El resultado es una nueva joya por parte de Levine y su equipo, uno de los grandes candidatos a mejor juego del año y de la generación. Como vemos, no estamos ante un juego más, sino ante uno de los más grandes que hemos podido disfrutar en bastante tiempo, un producto maravilloso desde cualquier punto de vista. A punto de dar la bienvenida a la nueva generación, sólo podemos pedir deseo para las nuevas consolas: vivir experiencias iguales o parecidas a las que nos ofrece la saga BioShock.
Como ya sabréis por los vídeos y avances publicados en los últimos meses, en BioShock Infinite abandonamos las profundas aguas de Rapture y nos trasladamos a un medio muy diferente, a los cielos de la ciudad flotante de Columbia. Un cambio radical de escenarios que, además de resultar clave también en el nuevo desarrollo de la acción, nos fascinará por lo increíblemente bien recreada que está. Desde el mismo momento que abramos la primera puerta de entrada a esta gran urbe, nos quedaremos maravillados por su espectacular diseño.


El juego nos sitúa en 1912, en plena Guerra Civil, y nos pone en la piel de Booker Dewiit, un personaje del que sabemos muy pocos detalles en un primer momento pero que iremos conociendo mucho más según avance la historia. Su misión inicial es encontrar a una joven muy especial: Elisabeth. Este personaje será clave en el desarrollo de la trama, ya que cuenta con unos poderes extraordinarios que serán fundamentales en la aventura. Nuestra enigmática acompañante es también el motivo del enfrentamiento entre dos bandos: The Founders y Vox Populi. En medio de ellos se encontrará nuestra pareja protagonista, que deberá enfrentarse a ambas facciones y en otras ocasiones huir, al mismo tiempo que intentamos averiguar el origen de los poderes de la chica y el porqué los desean nuestros enemigos.
El guión, en un principio confuso, se irá aclarando según vayamos avanzando en la aventura, hasta el punto de que estaremos deseando avanzar sólo para conocer más detalles de una trama bastante adulta y, sobre todo, muy sorprendente, en la que se tratan temas como la religión, la política o los fanatismos de cualquier tipo. Además, el personaje que manejamos ya no es un mero espectador, sino que ahora también habla, nos "muestra" sus pensamientos y participa en los diálogos, lo que nos hace sentir más partícipes de la historia.
El argumento capta nuestro interés desde el primer momento, ya que resulta mucho más elaborado, compacto y equilibrado que en las dos anteriores entregas. No existen altibajos en la historia, sino que todo está perfectamente enlazado para no dejar ningún hilo suelto. Precisamente está complejidad nos obligará a estar muy atentos a todo lo que se nos cuenta, e incluso como pasa con algunas películas, seguro que estaremos deseando jugar la aventura en más de una ocasión para descubrir todos los detalles que hayan pasado desapercibidos.


El argumento nos sorprenderá en muchos momentos por los giros que nos harán replantearnos algunas de nuestras acción y con sorpresas, que claro está, no os vamos a desvelar, pero que os aseguramos que os dejarán con la boca abierta. Aunque la complejidad del guión pueda provocar que en algún momento estemos algo perdidos, al final todas las piezas del puzle encajan a la perfección y podremos encontrar respuestas a las preguntas que teníamos. Ya decimos que es el resultado es tan sobresaliente que seguramente estaremos deseando volver a empezar para ver Columbia desde otro punto de vista.
Nos ha encantado encima la relación entre Elisabeth y Booker, que dará lugar a algunos de los momentos más impactantes del juego, así como a unos diálogos que en todo momento resultan brillantes. La joven chica estará durante casi toda la aventura a nuestro lado, compartiendo nuestra fascinación por Columbia, lo que permitirá estrechar lazos entre los dos personajes. Ella será fundamental en la aventura, será la explicación a muchas de nuestras preguntas, pero al mismo tiempo nos planteará otras.
No os queremos desvelar nada, porque es un juego que merece ser disfrutado de principio a fin, sin que nadie os lo cuente, ya que merece ser la pena disfrutado por uno poco a poco. Mención especial para las últimas horas del juego, que cuentan con un nivel de intensidad y emoción que no nos dejarán ni pestañear. Nos vamos a sentir muy identificados con los dos protagonistas, por lo que sentiremos como nuestras sus emociones, miedos y alegría.
Si en la entrega anterior se hacía una crítica clara a la sociedad actual y al culto por la belleza, en esta ocasión la temática se centra en la religión, más concretamente en su vertiente más fanática. En el centro de todo está Comstock, que autoproclama profeta y controla a sus ciudadanos apelando a la fe más estricta. Sólo un frente revolucionario se cuestionará estas decisiones del líder espiritual de la ciudad, lo que dará lugar a una guerra civil entre los dos bandos.


Una vez puestos en antecedentes, es el momento de hablar del aspecto puramente jugable de BioShock Infinite. A diferencia de las dos entregas anteriores, se apuesta por una acción más directa y sobre todo mucho más intensa, prescindiendo un poco del componente rolero. Alguno podría pensar que esa decisión no es acertada, pero realmente el resultado es unos combates mucho más vibrantes y espectaculares. Eso no quiere decir que no falten poderes, porque los habrá y en cantidades importante. Así, para derrotar nuestros enemigos contaremos con total libertad a la hora de utilizar nuestras armas y poderes y movernos por los escenarios.
El sistema de control resulta muy intuitivo y acertado, ya que las armas se disparar con uno de los gatillos y con el otro las magias, mientras que con el botón superior podremos cambiar de armas y magias. Contaremos con un importante arsenal de armas a nuestra disposición, pero deberemos ir probando cada una de ellas para descubrir las que mejor se adapten a nuestro estilo, ya que tan sólo podremos cargar dos armas distintas al mismo tiempo. Como ya pasaba en los dos títulos anteriores, el diseño de las armas es brillante. Podremos manejar rifles de francotirador, ametralladoras, lanzacohetes, cañones gatling, pistolas... Todas ellas cuentan con sus propias características, aunque en todos los casos ofrecen una respuesta y precisión estupenda, por lo que las escenas de combate resultan toda una delicia.
Por su parte, los vigorizadores sustituyen a los plásmidos que ya conocíamos. Realmente, el efecto práctico será el mismo: una serie de poderes muy diferentes entre sí que utilizaremos con el gatillo izquierdo. Según vayamos avanzando en la historia iremos descubriendo nuevos tipos de poderes. Al obtener uno nuevo, se nos mostrará un pequeño vídeo-tutorial para que aprendamos sus usos. Sí, decimos en plural puesto que además del uso normal, tendrán uno secundario dejando apretado el botón unos segundos. Su uso estará determinado por el nivel de Sales que tengamos en nuestra posesión, que vendrá representado en la esquina inferior izquierda mediante una barra azul fragmentada en varias partes.


Hasta aquí pocos cambios respecto a la mecánica jugable que ya disfrutamos en sus predecesores. Sin embargo, la principal novedad en este sentido viene dada también por la presencia de Elisabeth, que desde que damos con ella ya no se separará de nosotros, resultando su ayuda de vital importancia. Aunque en muchas ocasiones se mantendrá al margen en los combates, siempre estará pendiente para ayudarnos buscando suministros para nosotros. Así, nos lanzará munición, salud, sales o dinero según los vaya encontrando. Lógicamente, según el nivel de dificultad, su ayuda será mayor o menor. Teniendo en cuenta que a veces nos enfrentaremos ante grupos bastante importantes de enemigos, esta ayuda de la chica nos vendrá genial.
Pero no es la única novedad en este apartado, ya que también se han incluido los combates cuerpo a cuerpo, un recurso que utilizaremos en bastante ocasiones por su eficacia. Con tan sólo apretar un botón podremos golpear a enemigos cercanos, e incluso si se encuentran ya bastante tocados, podremos realizar una ejecución, que nos sorprenderá por lo violenta que puede llegar a ser. También se introduce un escudo pasivo que nos otorgará un extra de resistencia a los ataques de nuestros enemigos y que se irá recargando de modo automático cuando estemos unos segundos sin recibir daño.
Por fortuna, se mantiene también el sistema de salud sin regeneración automática que tanto echamos de menos en otros shooters. Para recuperar la salud tendremos que recoger objetos de los escenarios (botiquines y alimentos). También podemos comprar estos y otros objetos en las máquinas expendedoras repartidas por los escenarios o obtenerlos de la propia Elisabeth en medio de los combates. Todo los objetos son de consumo inmediato, por lo que no podremos guardarlos en un inventario para utilizarlos posteriormente. De hecho, el inventario queda reducido a almacenar los distintos tipos de munición de nuestras armas, así como de las ganzúas que la chica utilizará para abrir puertas. Precisamente éstas ultimas nos permitirán abrir puertas opcionales que esconden suculentos tesoros, además de permitirnos escapar de grupos importantes de enemigos.


Otro aspecto a tener muy en cuenta en Infinite es el dinero, que obtendremos recogiendo las monedas (Águilas de plata) por los escenarios o cumpliendo determinados objetivos. Con ellas podremos comprar suministros y mejoras para los vigorizantes en las citadas máquinas expendedoras.
También podemos potenciar a nuestro personaje con prendas de cuatro tipos que podremos encontrar: sombrero, cuerpo, pantalones y calzado. Con ellas podremos mejorar distintos aspectos como el escudo, sales por cada enemigo abatido o aumento de la velocidad y precisión, entre otros muchos. Asimismo, encontraremos en algunos lugares frascos que podremos utilizar para mejorar el escudo, la salud o las sales.
Estamos ante un shooter, por lo que los combates son los grandes protagonistas. Como ya hemos señalado, el ritmo ahora es mucho más intenso y frenético, pero el componente táctico sigue teniendo un peso bastante importante. Deberemos analizar los escenarios, el tipo de enemigo y sus movimientos para plantear nuestra estrategia. Además, hay que tener en cuenta que algunas clases de enemigos serán inmunes a ciertos vigorizantes, mientras que otros nos obligarán a encontrar sus puntos débiles para poder hacerles daño.
También podremos utilizar determinados elementos enemigos a nuestro favor, como, por ejemplo, poseer temporalmente las torretas ametralladoras para que acaben con nuestros enemigos. Del mismo modo, podemos utilizar determinados vigorizadores contra elementos del escenario para crear efectos devastadores. Así, por ejemplo, podemos lanzar rayos contra el agua que pisen nuestros rivales o fuego a un charco de aceite. Al igual que en las dos entregas anteriores, este último aspecto nos salvará en más de una ocasión cuando estemos rodeados de enemigos.


El juego nos confiere bastante libertad a la hora de afrontar estos combates, por lo que siempre podremos resolverlos de muchas formas diferentes. El resultado es que cada partida resulta diferente completamente a la anterior. En todo momento podremos optar por un estilo u otro a la hora de afrontar la acción.
Estos combates no serán los únicos protagonistas del desarrollo, sino que también se potencia la exploración gracias a la inclusión de escenarios de grandes dimensiones con más de un camino y llenos de secretos para desbloquear. Si nos hemos perdido en algún momento, siempre podemos apretar uno de los sticks y una flecha nos indicará sobre el propio escenario la dirección que debemos seguir. Aunque nuestro consejo es que prescindáis de ella porque sino os vais a perder muchos secretos que se encuentran diseminados por el escenario.
La investigación nos permitirá conocer más detalles de este fascinante mundo y comprobar, una vez más, el gran trabajo realizado con la ambientación del título. Así, podremos encontrar cuartetos de voz, grabaciones, participar en atracciones de feria, escuchar conversaciones entre grupos de ciudadanos...


El propio concepto de la ciudad de Columbia nos obligará a desplazarnos entre los distintos edificios que permanecen suspendidos en el aire. El problema viene dado porque muchos de ellos no se encuentran comunicados por caminos o puentes, por lo que tendremos que hacer uso del sistema raíles voladores que nos permitirán desplazarnos a altas velocidades y en las alturas por toda la ciudad. Booker utilizará una especie de gancho para saltar sobre los raíles y recorrer las vías aéreas a gran velocidad y el sentido que desee. La inclusión de este sistema, además de resultar todo un acierto, es todo un espectáculo visual, con impresionantes caídas, saltos e incluso realizando ataques aéreos al caer al suelo. Este sistema de desplazamiento dará lugar a algunos de los momentos más espectaculares que hemos podido disfrutar en videojuego alguno. Además potencia la enorme verticalidad del título, ya que se huye del típico planteamiento lineal que caracteriza al género.
Caídas enormes al vacío, desplazamientos entre las distintas estructuras -con diseños alucinantes- que conforman esta gran ciudad, combates intensos, ataques de todo tipo de nuestros enemigos, extrañas y gigantes criaturas, exploración, y sobre todo una sensación de libertad total son los principales elementos jugables que ofrece esta maravilla que es BioShock Infinite Todo ello, con un desarrollo frenético en el que en pocos segundos podremos pasar de estar en suelo firme a estar huyendo de un gran dirigible que nos ataca, mientras nos intentamos colar en su interior para destruirlo…En fin, un espectáculo como pocas veces hemos visto, que nos hará sentir por momentos como en un gran montaña rusa, solo que seremos nosotros los que elijamos nuestro camino.
Poco se puede añadir más de una campaña que cuenta con una duración de más de 15 horas en nivel medio, cifra que se incrementará de forma considerable si queremos desbloquear todos los secretos y si optamos por los dos modos de dificultad más altos. Además, como ya hemos comentado más arriba, estamos ante un título que invita a jugarlo en más de una ocasión. La enorme libertad que nos ofrece a la hora de tomar decisiones le confiere un valor extra a un juego que cuenta con un desarrollo insuperable.


Gráficos
Desde un punto de vista visual, estamos ante un título brillante gracias, sobre todo, al increíble diseño artístico de todos y cada uno de los elementos del juego. Columbia se muestra portentosa, con un estilo único en el que se mezclan los elementos propios de principios del siglo XX, con estructuras mecánicas gigantes y otros aspectos que parecen sacados de la menta de Julio Verne, y todo ello en un entorno en las alturas. El resultado es una de las ciudades virtuales más bellas que hemos podido disfrutar en los últimos años.
El nivel de detalle es casi enfermizo, de modo que cada barrio, habitación o zona de la ciudad está perfectamente diferenciada. De ahí que sea toda una gozada perdernos por la ciudad y recorrer hasta el último rincón para disfrutar de esta maravilla.


A pesar de este espectacular apartado técnico y gráfico, siempre con un gran número de elementos en pantalla (enemigos, estructuras, edificios, disparos, explosiones…), todo se mueve con una exquisita fluidez, sin ralentizaciones de ningún tipo. El trabajo es realmente inconmensurable y digno de alabar, además de señalar que es muy impactante. No menos destacable es el trabajo realizado en todas las animaciones del juego, tanto en las de Elisabeth, como en las del resto de personajes del juego e incluso las de nuestro propio protagonista
Mención especial, claro está, a Elisabeth, que cuenta con un carisma como pocas veces hemos visto en título alguno. En todo momento, sus animaciones y gestos nos permitirán saber sus sentimientos y su estado. Es la acompañante perfecta para una aventura que quedará grabada en nuestra mente. Un personaje que será recordado como uno de los mejores de esta generación.
Por último, destacar lo preciosa y colorista que resulta la ciudad casi siempre, con unos efectos de luz increíbles que redondean un trabajo de diez.


Sonido
Las mismas palabras de elogio que llevamos utilizando todo el análisis las podemos aplicar sin problemas a todo lo relativo al sonido del juego. Comenzando por un sublime doblaje al castellano, con un trabajo de interpretación que nada tiene que envidiar a las mejores películas. Estas voces en nuestro idioma nos permiten meternos aún más en una historia que resulta apasionante.
Por su parte, la banda sonora compuesta por Garry Shyman raya la perfección, con temas que se adaptan en todo momento a lo que transcurre en la pantalla, por lo que disfrutaremos de melodías más tranquilas y otras mucho más intensas, así como revisiones de algunos temas modernos muy conocidos.
Por último, destacar la gran variedad de efectos de sonido y la calidad de los mismos, en especial en los relativos a todas las armas.


Conclusión
Si has llegado hasta este punto después de leer todo el análisis, no te extrañará si decimos que estamos ante uno de los mejores juegos de los últimos años, una obra maestra atemporal que será recordada durante muchos años. Algo que tiene mucho mérito, ya que las expectativas no eran altas, sino altísimas. Irrational Games, con Ken Levine a la cabeza, demuestran por qué son unos de los estudios más prestigiosos del sector, ya que no sólo han conseguido mantener la inmensa calidad de las dos entregas anteriores, sino que, en nuestra opinión, la superan en todos y cada uno de sus apartados con BioShock Infinite.
Una vez disfrutado por todo lo alto de su inmensa campaña, entendemos perfectamente la decisión que tomaron de no incluir ningún tipo de modalidad online. Se trataba de ofrecer una experiencia inolvidable a todos los jugadores, que disfrutarán de una campaña maravillosa e inolvidable, con un argumento fascinante, una propuesta jugable magnífica y un apartado audiovisual deslumbrante.
Por si fuera poco, estamos hablando de una campaña con una duración considerable y una alta rejugabilidad, por lo vamos a tener juego para bastante tiempo. Además, estamos seguros que de vez en cuando estaréis deseando regresar a Columbia para volver a disfrutar de esta inolvidable ciudad y saborear una vez más su formidable historia.
BioShock Infinite es un título imprescindible para cualquier tipo de usuario, que quedarán fascinados de principio con una aventura que se desarrolla en un escenario único. Una obra maestra que nos volverá a recordar el motivo por el que los videojuegos son una expresión artística más.